Y DE PERIODISMO ¿QUÉ?

jueves, 4 de junio de 2009

POLÍTICAS DE CUOTAS

Parece mentira que una mente irracional de quince años pueda tener las cosas tan claras, pero quizás deba preocupar más que, veinte después, mi opinión no evolucione. En realidad, la dinámica social no lo pone demasiado fácil. Me refiero, cómo no, a las políticas de cuotas.
Entiendo que el debate sobre las políticas de cuotas oscila alrededor de la respuesta a “¿debemos colocar en un puesto a una persona menos capaz por el hecho de pertenecer a determinado colectivo?”. A los que respondían afirmativamente subrayaba “¿debemos poner como responsable de las políticas de igualdad, por ejemplo, a alguien menos capaz sólo por ser ‘minoritario’?”
Veo que ‘política de cuota’ significa tanto un conjunto de medidas que tienen como objetivo la presencia de determinado colectivo (supuestamente infrarrepresentado) en unos puestos representativos o de mando, pero también (¡gracias, oh, lengua cervantina!) puede referirse a las personas (femeninas o femeninos) que ocupan un puesto en virtud de las medidas antedichas.
De esta manera, podríamos preguntarnos:
¿Es Bibiana Hai-Do
una política de cuota? No tiene miembro.
¿Es (la inefable) Heidi Pajín
una política de cuota? Suiza quizás.
¿Es Rita Barbarie
una política de cuota? Por donde pisa la hierba no crece.
¿Es Malagueña Álvarez
una política de cuota? No sé, pero es de Cai.
¿Es S.S. de S.M.
(nada que ver, dicen, con SadoMaso) una política de cuota? ¿Seguro que no tiene que ver?
Y podríamos seguir.
No me cabe duda de que todas estas señoras han trabajado más a favor de la desigualdad que el más machista de los machistas occidentales. Pero así son las cosas, así son las políticas de cuota.
Valoré añadir a la lista Margaret 6fingers,
esto es, a M.T.F. de la Vega, pero parece ser que a la peña le pone que le regañen. A mí no.












Claro que tenemos en el polo opuesto a las Elenas, Salgado y Espinosa, a la Villalobos y su caldito y a otras que, con sus altibajos, van sacando el trabajo adelante y haciendo ver que las mujeres pueden, ¡CÓMO NO!, hacer política, mientras a nuestros queridos Acebes, Trillo, Pepiño, Arias Cañete, M.A.R., Baltar, Touriño y muchos otros les cabe el honor de ser otro pretexto para que la sociedad prescinda también de los hombres en puestos políticos de responsabilidad.
El futuro pasa, parece, por la anarquía. Y por un concurso de ojeras: primera eliminatoria: Elena Espinosa vs Nicolás Redondo sr. ¡Hagan sus apuestas!