EL EQUIPO FILOSOFAL

Tampoco se trata de perder la razón, pero los logros del EQUIPO, exactamente eso, de Pep Guardiola son el ejemplo definitivo que puede poner fin a muchos debates que vienen sucediéndose en los últimos años sobre el deporte profesional y, más específicamente, sobre el fútbol (y, en todos ellos, la conclusión es la misma):

- JUEGO O RESULTADO: en apenas cuatro meses, el FC Barcelona pasó de ser un equipo que practicaba un juego mediocre (que, a cada día que pasaba, nos sorprendía con resultados peores) a asombrar a España, primero, y a Europa, más tarde, con un catálogo de soluciones técnico-tácticas interminable, vistosas y tremendamente efectivas. Bien es cierto que no es de Pep el mérito completo, ya que buena parte del camino venía andado por la tradición de toque que sublimó Johan Cruyff en el tan alabado Dream Team (realmente desposeyó al Barcelonismo de ese complejo de Poulidor, de segundón, que venía lastrándolo desde el inicio de los tiempos) y que luego Frank Rijkaard perfeccionó. En cambio, supera a ambos: al de Cruyff en consistencia defensiva total, desde el punta al portero, y al de Rijkaard en sentido de equipo, defectos ambos que supusieron, precisamente, el final de su era correspondiente.



- DEPORTE O ESPECTÁCULO: Cristiano Ronaldo y el inefable Pier Luigi Collina anunciando videojuegos, Ronaldo neumáticos, Ljunberg calzoncillos, Ronaldinho de todo, Casillas seguros (todo nuestro reconocimiento para este gran deportista), Schuster creando polémicas… evidentemente Messi anuncia natillas, Henry maquinillas y demás, pero Pep ha conseguido devolver la importancia del equipo de fútbol al terreno de juego.



